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El Sevilla está cerca de cambiar de dueño. Modelo de gestión empresarial y de éxitos deportivos hasta hace apenas tres años, afronta ahora una delicada situación económica e institucional. Con una deuda reconocida de cerca de 70 millones de euros (algunas fuentes la cifran en cerca de 300), el club presentará 50 millones de pérdidas en la próxima junta de accionistas del 16 de diciembre. Los malos resultados deportivos han hecho el resto. El Sevilla está en venta y todos sus grandes accionistas son proclives a desprenderse de su paquete de títulos: la familia del Nido maneja el 28% de las acciones. José Castro, vicepresidente actual, y el denominado Grupo de Utrera más la familia Alés, un 23%. La familia Carrión, un 15%, mientras que el llamado Grupo de los Americanos controla otro 15%. El equilibrio en el poder instaurado en el año 2000 entre estas familias (los Americanos entraron mucho después) se ha roto ante la presión social y las guerras internas por el poder, auspiciadas esencialmente por José María del Nido. Todos quieren vender y ya se están dando los primeros pasos para una transacción que podría concretarse a lo largo de esta temporada. Más informaciónLa primera oferta (han llegado hasta cuatro más) que han recibido los grandes accionistas del Sevilla ha sido la de Antonio Lappi, un empresario sevillano y sevillista en cuyo proyecto figura un elenco de figuras para la reconstrucción del club en la parcela deportiva. Su gran reclamo sería la llegada de Monchi, el director deportivo de los grandes éxitos de la entidad que acaba de dejar el Aston Villa y que se dedica en estos momentos a reflotar al San Fernando. Junto a él, en ese nuevo proyecto figurarían personajes tan importantes como Rakitic y Kanouté, dos leyendas del Sevilla. ¿Cuál ha sido la oferta presentada? Lappi situó el valor del Sevilla como compañía en torno a los 300 millones de euros. A ella habría que restarle los 66 millones de deuda neta que tiene la entidad y que fueron reconocidos por el propio presidente José María del Nido Carrasco el pasado mes de septiembre. Así las cosas, Lappi y su grupo han realizado una oferta de 2.490 euros por cada acción a los grandes paquetes sevillistas. Hay entre los cuatro grandes accionistas 103.467 títulos parra vender. Pero la compra tiene matices. Se pagaría el 60% de esa cifra en el momento de la firma (unos 1.600 euros por acción) y el 40% restante después de que una Due Dilligence mirara con lupa el estado financiero del Sevilla, que ha pedido varios créditos en los últimos años para poder tener liquidez ante la evidente falta de recursos financieros después de que el primer equipo dejara de acudir asiduamente a la Liga de Campeones. Algunas fuentes estiman que el Sevilla podría tener una deuda bruta de más de 300 millones de euros. Panorámica del estadio Ramón Sánchez Pizjuán. GettyLos mayores accionistas del Sevilla han dicho no a la oferta de Lappi. El motivo principal es que la consideran insuficiente. Y, en todo caso, inferior a las presentadas desde otras vías. Una de ellas garantizaría, a priori, 3.100 euros por cada acción del Sevilla. Se trata de un comprador que trae el fondo americano Riverside y que está intermediada por importantes elementos del propio fútbol español. “Esta oferta ha sido vista con buenos ojos por todos los accionistas. No es descartable que el club anuncie en un espacio relativamente breve de tiempo que se está negociando con este fondo la venta del club”, afirmaron a este medio fuentes muy cercanas a la operación. Pero Lappi y su equipo consideran que no está todo perdido. La denominada como Tercera Vía en la capital de Andalucía entiende que no es realista que un fondo compre el Sevilla a más de 3.000 euros la acción sin hacer un profundo análisis de la situación económica de la entidad. Presuponen que tras la diagnosis de la situación llegará una rebaja en esta a priori suculenta oferta. Entonces, debería acercarse a lo ofrecido por Lappi. Llegado ese punto, la lógica debería inducir a los máximos accionistas del Sevilla a vender a unos empresarios sevillistas y sevillanos. La entrada de capital extranjero puede suponer un riesgo. Ahí están los ejemplos del Valencia o del Málaga en el fútbol español. Desde los máximos accionistas se asegura que la venta se producirá con mucha sensibilidad y ante una oferta que garantice el futuro de la entidad. “No se puede luchar contra los tiempos del fútbol”, se desliza. El Sevilla no necesita solo una compra de la mayoría de las acciones. También una inyección de dinero para remodelar la entidad y hacer una plantilla con garantías. Estos máximos accionistas no quieren que el club se convierta precisamente en un Málaga o un Valencia. Y el Sevilla tiene un jugoso patrimonio: un estadio Sánchez Pizjuán en pleno centro de la capital de Andalucía y una enorme ciudad deportiva muy cercana también a la capital.

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