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Hay un polémico procedimiento médico que ha puesto en alerta a los neurólogos españoles: se trata de una cirugía mínimamente invasiva, realizada por cirujanos plásticos, que promete tratar la migraña. En España es una práctica residual, que ofertan solo algunas clínicas privadas, pero los neurólogos han lanzado la voz de alarma al detectar que estos procedimientos están proliferando: advierten de que no tiene evidencia científica suficiente, ni siquiera explicación biológica que lo justifique y piden a los pacientes que no se sometan a estas intervenciones.Esta polémica intervención, más implantada en Estados Unidos, es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que consiste en descomprimir nervios extracraneales: los cirujanos identifican zonas de dolor —puntos gatillo— y liberan ahí los nervios que consideran comprimidos. Los cirujanos plásticos estadounidenses defienden la eficacia de este abordaje, pero los neurólogos españoles advierten de que los estudios que avalan esta técnica son de baja calidad, con pocos pacientes, diagnósticos muy heterogéneos (no todos sufren migraña) y procedimientos quirúrgicos también diversos. Sus defensores, sobre todo de la rama de la cirugía plástica, aseguran que, en pacientes seleccionados, esta estrategia puede funcionar para reducir los síntomas y defienden haber hecho estudios para demostrarlo. Sin embargo, en España, los valedores de esta técnica son pocos y están solos. La otra especialidad médica próxima a la migraña, los anestesiólogos, que suelen estar al frente de las unidades del dolor, tampoco la recomiendan. La migraña es una enfermedad que afecta a un 12% de la población, aunque los neurólogos estiman que más del 40% está sin diagnosticar y no accede al tratamiento adecuado.Más informaciónLa controvertida cirugía para la migraña tiene su origen en una serendipia, en un hallazgo fortuito del cirujano Bahman Guyuron a principios de este siglo, cuando algunos de los pacientes a los que había realizado un lifting en la frente le comentaron que, desde la intervención de cirugía plástica, habían dejado de sufrir migrañas. De ahí, Guyuron teorizó con que las migrañas se producen cuando ramas periféricas del nervio trigémino se irritan y liberan neurotoxinas, y adaptó el lifting de la frente a la cirugía de descompresión nerviosa. Sin justificación biológica“Es escandaloso que se permita esta técnica sin evidencia”, protesta Robert Belvís, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN). El médico sostiene que la cirugía de la migraña “no tiene plausibilidad biológica”, es decir, que no hay una explicación fisiopatológica que justifique esa intervención: “La migraña es una enfermedad cerebral, no tienen sentido descomprimir nervios. No se ha visto que haya nervios alterados. No han demostrado que esas compresiones existan”. El neurólogo recuerda, además, que las guías internacionales de tratamiento de la migraña, que recogen el consenso científico para abordar esta dolencia, ni siquiera mencionan estas técnicas quirúrgicas. La Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, en cambio, sí la contempla entre su práctica clínica. Y asegura que los candidatos son personas diagnosticadas de migraña o neuralgia occipital, que han probado sin éxito otros abordajes terapéuticos, que gozan de buena salud física y “tienen expectativas realistas”. El precio de estas intervenciones baila entre los 5.000 y los 15.000 dólares, según esta sociedad científica. Y la eficacia, recoge en su página web, es elevada: “Entre el 70% y el 95% de los pacientes que se someten a la cirugía experimentan una mejoría o la eliminación completa de las migrañas”, asegura.Para dar su parecer, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética remite a Ahmad Saad, cirujano plástico estadounidense y miembro de la junta directiva de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica. El médico, que ejerce también en una clínica en Barcelona, es experto en cirugía de la migraña y defiende su validez: “No es un tratamiento para todo el mundo, hay que elegir al paciente adecuado. La evidencia es de buena calidad y la experiencia con miles de pacientes está ahí”. Preguntado por el posicionamiento de los neurólogos, Saad apunta: “La evidencia está ahí, pero no sé si es que no quieren verlo o no quieren aceptarlo. Cuando los padres de esta técnica empezaron a hacerlo en Estados Unidos, tenían una guerra con los neurólogos, pero hoy es el estándar de tratamiento. En España no es así: tienes al mundo de la neurología contra ti”. Sobre la escasa implantación de esta técnica en España, el médico estadounidense asegura que “no es que no haya cirujanos para hacerla, el problema es que no hay pacientes”: “Los pacientes con migraña son referidos por los neurólogos. Si estos médicos no creen en la cirugía de la migraña, no vas a tener pacientes”.Belvís sostiene que esta técnica no ha pasado por la fase de experimentación animal y cuestiona los cauces de investigación seguidos antes de trasladarla a la práctica clínica convencional. Evidencia científica discutibleA propósito de la evidencia científica disponible, Saad comparte una treintena de estudios —la mayoría de Guyuron y su equipo— que apuntan a la viabilidad de estas técnicas, incluido algún ensayo clínico. Pero Belvís hace un apunte: “No es cuestión de cantidad, sino de calidad”, dice, y recuerda que los estudios disponibles están hechos con pocos pacientes y con abordajes quirúrgicos diversos. Tampoco suele haber neurólogos entre los investigadores que firman los estudios y se suelen publicar, sobre todo, en revistas de cirugía plástica, cuestiona. “Todos los fármacos, para salir al mercado, presentan tres ensayos con más de 1.200 pacientes. Las personas reclutadas en los tres ensayos que hay con esta cirugía no llegan a 200”. Una revisión de 600 pacientes tratados publicada en Frontiers in Neurology rebajó la eficacia y concluyó que esta cirugía logra eliminar las cefaleas migrañosas en el 38% de los pacientes con este diagnóstico incluidos en su análisis. Pero subrayó: “Se necesitan ensayos aleatorizados más exhaustivos con informes transparentes sobre la selección de pacientes, el uso de medicamentos y los procedimientos quirúrgicos, e implementando periodos de seguimiento más prolongados y detallados”.Agustín Mendiola de la Osa, vicepresidente de la sección de Dolor agudo y crónico de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR), apunta en la misma línea que Belvís: “Con la cirugía de la migraña no tenemos buenos resultados. Lo que hemos visto en algunos pacientes tratados es que, al principio, parece que van bien, pero luego no. Parece más un quiero y no puedo, que desean ponerse bien, pero la realidad cae por su propio peso. Para la migraña no recomendamos la cirugía porque no hay una explicación médica que lo justifique”. “Cuestionable jurídicamente”En su comunicado, la SEN asegura que el objetivo de su llamada de alerta no es solo dirigirse a los pacientes y médicos, sino también a los directivos de las clínicas españolas, tanto públicas como privadas, “que consienten que cirugías sin evidencias científicas sean realizadas como prestaciones asistenciales convencionales”, protestan. “Creemos que, además, es incluso cuestionable jurídicamente”, plantean, aunque no han trasladado ninguna queja oficial a las autoridades sanitarias. Consultado por este diario, el Ministerio de Sanidad asegura que no han recibido ninguna denuncia formal al respecto, pero una portavoz apunta: “Los centros sanitarios (públicos o privados) son responsables de que los procedimientos que ofrecen sean seguros, éticos y basados en evidencia científica, y deben contar con autorización sanitaria autonómica. Si ofrecen técnicas sin respaldo científico, pueden incurrir en responsabilidad administrativa o profesional”. Asimismo, recuerda que “cualquier nueva técnica, procedimiento o tecnología sanitaria puede ser objeto de evaluación por la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (RedETS)”, una entidad coordinada por Sanidad. Sus informes sirven de base, por ejemplo, para incluir o excluir una técnica dentro del Sistema Nacional de Salud. Pero ningún organismo ha pedido a RedETS que evalúe, concretamente, la cirugía de la migraña.

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